Por Redacción | Octubre 23, 2024 - 7:00 am - Publicado en Es Noticia, Salud

Fotografía: Merche Abad

Fotografía: Merche Abad

Redacción. El otoño, con sus días más cortos y temperaturas más frías, trae consigo una serie de cambios que pueden afectar tanto a la salud física como a la mental, generando lo que se conoce como “astenia otoñal”.

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Este trastorno temporal, que también puede aparecer durante la primavera, se caracteriza por síntomas como fatiga excesiva, dificultades para concentrarse, tristeza e irritabilidad. Aunque sus efectos suelen durar alrededor de dos semanas, es importante conocer sus causas y cómo enfrentarlo para minimizar su impacto en el bienestar.

Causas biológicas y emocionales

Uno de los principales desencadenantes de la astenia otoñal es la disminución de las horas de luz solar. A medida que los días se acortan, la exposición al sol se reduce, lo que provoca una disminución en la producción de serotonina, el neurotransmisor responsable de regular el estado de ánimo. Al mismo tiempo, aumenta la producción de melatonina, la hormona que regula el sueño, generando un desajuste en el ciclo circadiano. Este desequilibrio puede causar dificultades para dormir adecuadamente, somnolencia diurna y una mayor sensación de fatiga.

A nivel emocional, el cambio de estación también coincide con el fin de las vacaciones y el retorno a la rutina, lo que puede incrementar la sensación de desmotivación y soledad. Este contraste entre el periodo estival, más relajado y social, y la estructura del día a día otoñal puede influir negativamente en el estado de ánimo.

La relación con la salud física

Durante el otoño, la propagación de virus respiratorios, como el resfriado común y la gripe, es más frecuente, lo que puede empeorar los síntomas de la astenia otoñal. El cansancio mental y emocional combinado con infecciones físicas puede afectar aún más el bienestar general. Además, la menor exposición al sol reduce la síntesis de vitamina D, clave para el correcto funcionamiento del sistema inmunológico.

Impacto en la salud mental

Si bien la astenia otoñal es un fenómeno temporal, puede agravar cuadros previos de ansiedad o depresión leve. En casos más severos, puede derivar en el Trastorno Afectivo Estacional (TAE), una forma de depresión que aparece en los meses de otoño e invierno. Por ello, la Dra. Silva subraya la importancia de actuar rápidamente e instaurar hábitos saludables antes de que los síntomas empeoren con la llegada del invierno.

Estrategias para combatir la astenia otoñal

  • Convertirse en “early bird”: Aprovechar al máximo las horas de luz natural es esencial para regular el ciclo sueño-vigilia. Levantarse temprano, utilizar despertadores que simulen el amanecer y realizar duchas frías son métodos que ayudan a mantener los niveles de energía y combatir la somnolencia diurna.
  • Romper con el sedentarismo: A pesar del frío, el contacto con la naturaleza y la práctica de ejercicio al aire libre son formas efectivas de reducir el estrés y mejorar el estado de ánimo. La liberación de endorfinas durante la actividad física ayuda a mitigar la fatiga y mantener el bienestar emocional.
  • Cuidar la alimentación: Durante el otoño, es crucial evitar el “hambre emocional”, que puede llevar a un consumo excesivo de azúcares y carbohidratos, lo cual empeora la ansiedad y la depresión. Priorizar una dieta rica en frutas, verduras y alimentos de temporada como calabazas y setas puede reforzar el sistema inmunológico y mejorar el estado de ánimo.
  • Establecer metas realistas: Definir objetivos diarios pequeños y alcanzables ayuda a mantener la motivación. Aplicar herramientas como la matriz de Eisenhower para organizar tareas según su urgencia e importancia evita la sobrecarga y mejora la productividad.
  • Gimnasia mental a través de actividades manuales: Cocinar, pintar o tejer son actividades que estimulan el cerebro, reducen el estrés y promueven un estado de calma. Estas tareas creativas no solo mejoran el bienestar emocional, sino que también refuerzan habilidades cognitivas.

La astenia otoñal puede parecer un obstáculo más en el cambio de estación, pero con hábitos saludables y la implementación de pequeñas estrategias diarias, es posible gestionar sus síntomas y evitar que afecte la calidad de vida. La clave está en ser consciente de los cambios físicos y emocionales que trae el otoño, y actuar a tiempo para garantizar el bienestar tanto físico como mental.


Este articulo fue publicado el 23 Octubre 23Europe/Madrid 2024 a las 7:00 am y esta archivado en Es Noticia, Salud. Puedes suscribirte a los comentarios en el RSS 2.0 feed. Puedes escribir un comentario, o hacer trackback desde tu propia web.

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